El galvanizado de acero es un proceso por el cual se recubre una pieza de acero con un baño de zinc fundido, buscando protegerla de la oxidación y de la corrosión. Su función principal es proteger el acero sobre el que se lleva a cabo dicho proceso ya que el galvanizado potencia la fortaleza de las piezas metálicas a los golpes y a la abrasión.

Este proceso se puede encontrar en muchas aplicaciones de nuestra vida diaria, como chapas y tubos en puentes, escaleras, balcones, señales de tráfico o esculturas. Se trata de un proceso tan común que puede involucrar hasta piezas decorativas como hebillas, bonotes o llaveros, entre otros.

Ripleg cuenta con un servicio de tratamiento y acabados para una máxima protección de la superficie del metal. En Ripleg distinguimos entre galvanización en caliente, en frío, metalizado por pistola, zincado electrolítico y galvanizado por laminación.

Tipos de recubrimiento de zinc: zincado y galvanizado

Actualmente existen dos formas de referirse al recubrimiento de acero en zinc: el zincado (también llamado galvanización en frío) y el galvanizado en caliente.

  • Zincado: consiste en pintar una pieza de acero con pintura de polvo de zinc y unas resinas especiales mediante pistola, brocha o rodillo. No tiene la durabilidad del galvanizado por inmersión en cliente en cuanto a resistencia a la abrasión, protección catódica y vida útil.
  • Galvanizado en caliente: es el método de inmersión de acero o hierro fabricado en una caldera o baño de zinc fundido. El proceso es inherentemente simple y, por ello, tiene una ventaja distintiva con otros métodos de protección contra la corrosión.

El galvanizado

Se trata de la fase de inmersión del acero en un baño de zinc fundido, especificada por la UNE EN ISO 10346 y la UNE EN ISO 1461 y requiere al menos un 98% de zinc puro mantenido a 435-455ºC.

Mientras el zinc se encuentra sumergido en la caldera, reacciona con el hierro del acero para formar capas de aleación intermetálica de zinc y hierro unidas metalúrgicamente, comúnmente coronadas por una capa de zinc puro resistente a los impactos. Esta reacción metalúrgica termina cuando se detiene el burbujeo de zinc fundido en la caldera y continua después de que los materiales se retiren del baño, siempre que permanezcan cerca de la temperatura del baño.

Los productos se galvanizan siguiendo los estándares establecidos y aceptados por la Organización Internacional de Estándares (ISO). Estas normas regulan desde el espesor mínimo de revestimiento requerido para varias categorías de artículos galvanizados, hasta la composición del metal de zinc utilizado durante el proceso.

Tipos de procesos de galvanizado

Existen cuatro procesos para recubrir el acero de zinc:

  • Galvanizado en caliente: consiste en recubrir piezas terminadas de hierro o acero mediante la inmersión en un crisol de zinc fundido a 450ºC
  • Galvanizado en frío: es un recubrimiento de zinc que se aplica sobre el acero mediante una pistola, brocha o rodillo. Es necesario que la película contenga un mínimo de 92% de zinc y sea conductora de electricidad para lograr buenos resultados.
  • Galvanizado electrolítico: se trata de depositar sobre las piezas metálicas una capa de zinc a través de una corriente continua controlada. Este proceso se realiza para proteger piezas pequeñas que requieren un acabado más uniforme del que se obtiene con, por ejemplo, el galvanizado en caliente.
  • Galvanizado por laminación: es un tipo de galvanizado en caliente que se aplica exclusivamente a láminas de acero. Durante décadas, las láminas galvanizadas se han posicionado como las favoritas en el sector de la construcción ya que presentan gran resistencia a la exposición a la intemperie.

Principales ventajas

Una de las principales ventajas del galvanizado es su larga durabilidad ya que el recubrimiento de zinc de 80 micras de espesor obtenido mediante el proceso de galvanizado puede durar hasta 100 años. Además, su coste de mantenimiento es cero.

Otro beneficio es su gran versatilidad, ya que puede aplicarse a todo tipo de piezas: desde tuercas o tornillos hasta grandes superficies estructurales como perfiles metálicos. También tiene una gran fiabilidad ya que es un proceso regulado por normativas nacionales e internacionales.

Uno de los aspectos más relevantes es su gran resistencia a los golpes y a la abrasión ya que tapona los desperfectos producidos por daños y rasguños en el material. El metal galvanizado también puede pintarse por encima y combinarse con estructuras de hormigón, acero inoxidable y aluminio, ya sea para modificar su estética o para aumentar más su durabilidad.

Finalmente, su total manejabilidad y gran rapidez lo hacen especialmente funcional, ya que las piezas galvanizadas pueden usarse inmediatamente, sin importar las condiciones atmosféricas, o almacenarse durante tiempo sin que se deterioren.

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